miércoles, 3 de septiembre de 2008

Aquella noche fría

Quién lo diría, me faltas tú, sé que estás a mi lado, me hablas, pero no eres quien, aquel lunes por la tarde, pidió mi nombre a cambio de una sonrisa. No me necesitabas, no eras lo que yo necesitaba. Suspiro, no me queda más que ver como te alejas, sin decirme cual fue tu error, o como logré disolverme entre la gente. Después de la tradicional despedida que implica labios de por medio, te acercas y aparentas conocerme. Estas agradecido, lo se, te siento cerca, pero no como alguna vez lo imaginé. Tuve mucho tiempo para hacerlo girar en mi cabeza. La copa, el vino, la calle que veíamos fijamente, cuando las palabras temblorosas salían de esos labios, que se despedían de mí aquella noche fría.