lunes, 3 de junio de 2013

Visitas a Camila


Cada vez que Camila despierta suele levantar del suelo los audífonos ya desacomodados de la noche anterior. Camila acostumbra dormir con música, se pone audífonos enormes con los que no despierta a la mañana siguiente, puesto que por la noche le estorbaron igual que lo hacen las medias en los pies. 

Cada dos meses Camila recibe la visita de la señora depresión. Le toca la puerta del cuarto y cuando entra cierra con picaporte para que nadie entre mientras están juntas. 

Cuando pasa adelante viene acompañada de un playlist titulado 1a.m, que suele ser la hora del encuentro. Entre más triste es la canción, el esfuerzo de Camila por llorar en voz baja se hace más complicado. Su odisea consiste en llorar tan bajito que no logre despertar a su hermana en el cuarto del lado o a sus padres que duermen apenas unos metros después. 

Uno de los placeres de Camila es sentarse en su cama a llorar escuchando su playlist 1a.m completamente desnuda. Se desgarra el alma como si el mundo se fuera a acabar, como si los mayas solo estuvieran postergando la trágica noticia. 

Cuando se empieza a quedar dormida entre los sollozos, se pone la pijama y abre la puerta para despedir a la señora depresión. Suele decirle “hasta luego” ya que sabe que de igual forma la va a visitar dentro de dos meses a la misma hora, nuevamente con un drama del tamaño de las tormentas que viven en vasos de agua. 



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